Aspectos Políticos:
El imperio maya fue esencialmente una agrupación de ciudades-estado. Cada una de ellas era gobernada por un jefe hereditario, militar y político. Al que asesoraba un consejo de nobles ancianos. Había también jefes de distrito, igualmente hereditarios a los que estaban sometidos los jefes de aldea. El sacerdocio regido por un gran y sumo sacerdotizo era quien tenía a su disposición los conocimientos científicos. El esplendor de los mayas en el periodo clásico se debió en cierta medida a la creación de una burocracia estructurada de modo que había un funcionario para cada labor.
Las noticias escritas que informan acerca de la organización política de los mayas yucatecos se remontan al siglo X de nuestra era. En particular aparecen asociados a los grandes eventos políticos que dejaron profunda huella en la memoria de la élite indígena. Aunque son escuetas, confusas y contradictorias, a partir de ellas es posible dibujar una imagen borrosa de sus entidades gubernamentales desde finales del Clásico.
A pesar de estas limitaciones, las fuentes históricas permiten establecer que, desde finales del Clásico, la organización política gubernamental maya transitó por etapas de gradual complejidad asociada a los grupos conquistadores procedentes del Altiplano mexicano que, durante el transcurso de la segunda mitad del siglo X, se hicieron presentes en la península de Yucatán.
Según la tradición indígena recogida en los libros del Chilam Balam hacia 968-987 d.C. los Itzá conquistaron Chichén Itzá y allá se establecieron definitivamente. Más tarde, entre 987-1007 d.C. los Xiu irrumpieron en la península y ocuparon Uxmal, y finalmente llegaron los Cocom y sentaron sus reales en Mayapán poco tiempo después. Desde luego, la presencia de estos grupos trajo como consecuencia que a partir del siglo XI la sociedad maya quedara bajo su control y que dichos asentamientos se erigieran como los centros político-administrativos regentes de la vida política de los yucatecos.